sábado, 1 de diciembre de 2007

- Entonces paso
a contaros mi vida;
escribe tú los hechos y los días:
- La noche fue,
hoy no es de tiempo.
Pero mírate como
la muerte y me verás
apenas dentro.
Y no podrás tocarme
ni resbalarme;
cuando es silencio
¿para qué vivir huesos
desde el destiempo?
-Un plato,
soledad
en el tacto;
tú,
amor,
a mar,
a viento,
al desencuentro.
Yo no te encuentro.
-Aunque bajes la voz de la rodilla
cuando se eleva como humo el silencio,
tú,
el movimiento.
Las voces,
caracoles muertos,
como el grito del hombre incierto,
como
la voz de fuera adentro...
Alguien tiene cabellos negros,
irreductibles
y a lo lejos, silencios;
alguien tiene entrelabios secos;
te queda el esqueleto;
tú desde dentro
el tiempo.

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