sábado, 1 de diciembre de 2007

No era una voz
(era una letra) negra; la primera...
No era un sonido,
(miraba estrellas) pálidas, complejas.
Era la sílaba
(jugaba a peces) hueros, de sal mados;
contigo por destino
(nadie le pretendía)
sin adjetivos
igual a una linterna
de aceite en el camino
(eras tú como abismo).
- Las lágrimas sonríen -
(como acero adherido),
- el llanto es de cartón -
(como adepto del tiempo);
(Dios y yo absueltos
de cualquier contratiempo)

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