sábado, 1 de diciembre de 2007

Mientras tanto serás el rincón bello
de un silencio,
la espuma de un olvido,
el techo de una estrella,
la pared de un planeta
o el suelo de un espejo.
En ti el árbol contempla
con ojos verdes
la primavera...
y la naturaleza
revalida en tu vientre
su asignatura más añeja:
Aumentar el futuro
con los hombres por pértiga.
Que como arena seas tú sïempre
el límite final de la pïedra.

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